domingo, 26 de mayo de 2013

Vivimos en un país de despilfarradores

Los españoles vivimos en un país que debe ser mucho más rico de lo que creemos, a juzgar por el despilfarro que vemos todos los días. Pongo algunos ejemplos, sin salir de mi barrio, Las Rosas, en Madrid:

Un edificio de más de 100 viviendas, esquina de la calle Capri con Toscana, terminado hace meses, pero que no se entrega a los futuros propietarios, al parecer por problemas con los bancos:


Un promotor ha invertido x millones de euros, pero no puede vender las viviendas a los futuros propietarios que ya pagaron probablemente una parte importante del coste, porque el banco no lo ve claro. Está esperando tal vez a que quiebre la promotora, la constructora, a rruinar a los futuros propietarios que siguen pagando su alquiler en otro sitio y que no pueden trasladarse porque alguien no da el visto bueno.

En la foto se aprecia el siguiente solar, que debe ser del ayuntamiento y destinado a servicios de algún tipo, una instalación deportiva, una biblioteca, ...vete a saber. Como el ayuntamiento ya no tiene dinero, es previsible que no construirá nada en los próximos años. Podría entonces tal vez abrir una licitación pública. O al menos limpiar el erial en que está convertido, un foco sin control de emisión de polen que provoca alergias a los vecinos de la zona. ¿No sería razonable que los madrileños en paro hicieran trabajos sociales a cambio del subsidio de desempleo? ¿O es mejor que estén completamente parados?

Seguimos por la calle Toscana y nos encontramos una residencia de mayores. También lleva terminada  un tiempo, más de un año. Pero no abre sus puertas, eso sí tiene sus servicios de seguridad, limpieza y jardinería. Nos ha costado dinero (la inversión) y nos sigue costando dinero (el mantenimiento) pero no da ningún servicio. ¿Nadie en el Ayuntamiento de Madrid piensa que debería darse prioridad a sacar partido de las inversiones? ¿O es que ya no se necesitan residencias municpales de mayores en Madrid?

Entiendo que las administraciones públicas, y en particular el Ayuntamiento de Madrid, que está endeudado hasta las cejas (y con él, todos los madrileños), están sujetos a restricciones presupuestarias cada vez mayores. Pero precisamente por eso deberían esforzarse en sacar más partido de sus inversiones.

Hace una o dos semanas hablaban en un programa de televisión sobre los mini-jobs en Alemania. Explicaban que el subsidio de desempleo en Alemania está limitado a un año, y que a partir de ahí, los desempleados pueden acogerse a un subsidio universal de subsistencia, que se concede a todo el mundo, pero que mientras lo cobres, te obliga a aceptar trabajos sociales, conocidos como mini-jobs.

Pero parece que en España no tenemos problema, y aquí el subsidio de paro dura 2 años, y después hay subsidios adicionales, y no hay ninguna obligación de aceptar empleos que no se ajusten al perfil del trabajador y su lugar de residencia. No pretendo desdramatizar el problema del desempleo y mucho menos del de larga duración, pero sí que creo que está en manos de nuestros gobernantes el cambiar las leyes y normas para adoptar soluciones parecidas a las aplicadas en Alemania.

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